jueves, 15 de abril de 2010

EL REY Y LAS HADAS

En el boletín de hoy, queremos compartir con vosotros un cuento. Dicho cuento fue escrito por un servidor y enviado a un concurso, y el premio era su publicación en una conocida editorial. No obstante al no ganar dicho premio, desde aquí lo podemos publicar libremente. El premio no ha sido la publicación del mismo, pero el premio lo hemos recibido de otra forma, de una forma de gratitud por parte de algunas personas a las cuales se lo hemos mostrado, así que con esta alegría queremos hoy compartirlo con todos vosotros.

Podréis observar que es un poco largo, pero esperamos que en un momento tranquilo que tengáis, podáis leerlo y no solo disfrutar de la fábula del mismo, sino también entender el simbolismo de los nombres, lugares, personajes, situaciones y la conclusión final, que se narran en el cuento. El doble significado del cuento os puede ayudar a conocer algunos temas espirituales de gran interés. Recordar que en los mundos internos, en los sueños, etc., el simbolismo es el lenguaje que se usa, así que este cuento es una práctica también para todos.

En el blog del Centro Atlantis, también hemos colgado este cuento, y nos gustaría no solo saber vuestra opinión, el significado que le habéis encontrado y algunas dudas que hayan podido surgir, sino además nos gustaría leer relatos vuestros relacionados con el mundo espiritual que queráis compartir, por eso en la sección de responder del artículo, si queréis podéis comentarlo y escribir relatos y/o cuentos vuestros para compartir con tod@s.

EL REY Y LAS HADAS

Cuenta la historia, que en otra dimensión, no visible para el ojo humano, existía un mundo maravilloso, alegre, feliz y divertido en el que había un valle donde gobernaba un Rey, nombrado Astro.

El Rey Astro era un soberano monárquico que amaba al pueblo, a la naturaleza, a los bosques, a los niños, a las hadas y a todo ser.

Una temprana y buena mañana, el Rey Astro salió a pasear como todos los días, para disfrutar del todavía oscuro pero próximo amanecer, y ver como el Sol y todos los seres de ese valle se iban levantado y amaneciendo. Al Rey le gustaba saludar y dar los buenos días y preguntar a todos como estaban. En ese fabuloso y encantador mundo, todo estaba bien y en total acuerdo con la divina creación, y además el contacto personal que ofrecía el Rey al saludar a cada uno y a todos de los habitantes, daba al pueblo y a todos sus seres una gran comodidad y una gran energía vital para empezar un nuevo día de alegría, felicidad y amor.

Sin embargo, esa mañana, el Rey iba saludando a todo el pueblo y a la vez amigos, y un señor de aspecto anciano nombrado por todos Nous, le comentó que todavía podría estar mejor. Al Rey le sorprendió esa respuesta ya que siempre ese hombre sabio le respondía con un “Genial amigo Astro, Gracias”. Así que el Rey se paró a conversar con el anciano para saber la razón de esa respuesta no del todo alegre.

Nous, el anciano sabio, le explicó al Rey que notaba que faltaba algo, una chispa para activar todo su bienestar. Nous dijo que había seres tristes, con rabias, con dolores, con enfermedades, y él lo sentía como algo faltante. Astro, el Rey, le preguntó como es que de un día para otro sintió ese cambio, y Nous le respondió que por supuesto esa equivalencia de un día en la que ellos habitan en el país Sin Espacio-Tiempo, es de muchos días para estos seres tristes, y esta situación para ellos viene dada desde tiempos remotos.

Astro se dio cuenta de que debía ocuparse por estos seres tristes, y le pidió consejo y ayuda al sabio Nous. El anciano por supuesto aceptó esa ayuda y como consejo al Rey, le dijo: “Se debe realizar un empujón de chispa para estos seres, para que puedan disfrutar de lo mismo y por igual a lo que nosotros disfrutamos. Necesitan un cambio”.

El Rey Astro se dio la vuelta y empezó a pensar desde el corazón la solución, buscando y usando todos sus conocimientos a través del consejo del sabio Nous. Pasó un día y otro, mientras el Rey seguía con sus maravillosos días, pero sin dejar de buscar en su corazón una solución para esos seres tristes. Paseaba por los bosques, viendo los espléndidos ríos, manantiales y cascadas llenas de vida azul. Se sumergía en esa agua cristalina y diamantina, disfrutando de ese baño y de ese ambiente limpio, sano y lleno de felicidad y amor. Iba paseando por el bosque - decían algunos que estaba encantado -, y se abrazaba a los árboles sintiendo el contacto con la esencia de la naturaleza, se llenaba de más y más amor. En uno de esos paseos felices y maravillosos, aunque seguía buscando una acción a realizar para dar reparo a la tristeza de los seres que contaba Nous, se encontró con una vieja amiga llamada Elemental. Esa amiga era una Hada, y su conocimiento y sabiduría eran magnificados por el Universo. La hada Elemental, era parte de una flor de loto del bosque donde nuestro ya conocido Rey iba a pasear. Elemental le preguntó a Astro “¿Qué le ocurre mi Rey? Siento alegría en su interior, pero a la vez una búsqueda especial”. Y el Rey le contestó “Mi querida amiga, esa búsqueda que sientes en mi, es la razón de vida, y la encontré porqué la tenía dentro de mí, como la tienes tú, el sabio Nous y todos nuestros queridísimos amigos y seres, pero el gran sabio me dijo que algunos seres que se encuentran fuera de nuestro territorio Sin Espacio-Tiempo, se han perdido y no saben como llegar a su esencia de vida”.

Elemental entendió que el Rey ya había resuelto la búsqueda hace tiempo, en el mismo momento en que Nous le comentó la situación, pero esa búsqueda que él tomaba ahora tenía el fin de dar explicación a esos seres tristes de que la solución a sus tristezas estaba dentro de ellos ¿Cómo Astro lo podía hacer para que entendieran esa razón verdadera?

Entonces su amiga Elemental decidió ayudar a su Rey a encontrar la solución a esa forma de expresarlo, y así que se sentó en su estado levitativo, cerró los ojos y al poco rato empezaron a surgir luces cerca de ellos, unas luces blancas con destellos dorados, eran bellísimas. El Rey se maravilló tanto que surgió un fuego rosado de su corazón que se expandió por todo el valle, y esa energía llegó a los corazones de todos los seres de ese valle que a su vez también expandieron su amor a través del corazón y toda esa energía hizo que cada vez hubieran más y más luces blancas con destellos dorados. Al poco tiempo, esas luces tomaron forma, y se materializaron en hadas, las que Elemental invocó en su momento de relajación, paz y amor al cerrar los ojos.

Astro vio a todas esas hadas y contempló su belleza y su hermosura, y dijo “Gracias Elemental, me has hecho ver cómo hacer llegar mi solución a los seres tristes”.

Entonces el Rey Astro fue a buscar a su amigo y sabio Nous y le comentó que sabía la solución para que esos seres tristes llegaran a su valle de felicidad y amor.

Juntos, Astro, Elemental y Nous comentaron a las hadas llamadas por Elemental, que debían ir a los corazones de esos seres tristes, como una chispita divina para generar de nuevo el camino a la felicidad en esos seres, y así poder llegar al valle del Rey Astro.

Tal cual, y encantadas las hadas de poder ayudar a esa gran acción, se fueron del valle Sin Espacio-Tiempo en busca de los corazones entristecidos. Llegaron a todos y cada uno de ellos y penetraron en lo más profundo, dando un fuego de luz dorada a cada corazón.

Los seres tristes sintieron que se activó algo maravilloso dentro de ellos y poco a poco fueron notando que sus tristezas, dolores, rabias y enfermedades iban desapareciendo y cada vez sentían más amor y felicidad hasta que…, de repente, vieron como una nueva realidad, un nuevo mundo, en donde se vislumbraba cada parte elemental de cada cosa y, también observaron una conciencia nueva. Así es como llegaron al valle del Rey Astro, con su amiga Elemental, la Hada, y su sabio amigo Nous.


LA FRASE

"Esforzaos por mantener viva en vuestro pecho esa chispa de fuego celestial llamada conciencia" Thomas Hobbes

Mantengamos activa o activemos nuestra parte divina, que se encuentra en nuestro centro, en nuestro pecho... en nuestro corazón.


EL LIBRO

vipassana

La pura conciencia de ser

El camino para la meditación interior

Ken Wilber

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Que las fábulas se os hagan realidad. Un abrazo.


Centro Atlantis

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